
Se la conoce como Ciudad de las Rosas y los Volcanes por la profusión de rosales en sus plazas y calles y por su entorno montañoso de volcanes como el Volcán Osorno, Cabulco, Puntiagudo y el cerro Tronador.
La arquitectura típica de la ciudad presenta similitudes a la de ciudades alemanas de montaña, y su gastronomía de kuchenes, tortas, mermeladas artesanales y chocolates también denota una clara influencia teutona.
Entre las múltiples atracciones del área, cabe mencionar que se puede realizar desde ski en invierno a las faldas del Volcán Osorno, hasta trekking o rafting en el río en otras épocas del año.