
Se trata de la obra de mayor importancia arquitectónica en el barroco cubano.
Alrededor de un bello patio central, en el que encontramos una estatua de mármol blanco de Cristóbal Colón de 1862, se distribuyen las más de 40 salas con exposiciones sobre mobiliario de época, carruajes de caballos del s. XIX, uniformes militares y una exposición fotográfica con los momentos más significativos en la historia de la ciudad de La Habana, como lo fue el hundimiento del buque de guerra de EE.UU. en 1898.